domingo, 4 de noviembre de 2012

Fin del sueño.


 
 

Aquella llamada la despertó de su profundo sueño, ¿quién osaba despertarla? ¿levantarla de sus dulce sueños? ¡Justo en el momento en el que él aparecía para salvarla! era el sueño perfecto, además... los sueños eran los únicos lugares donde la distancia no importaba, podía tenerle a su lado, todo era tan bonito...
Alarmada bajó de su cama de un salto y corrió a coger el teléfono, ¿dónde estaría aquel trasto del diablo? ¿Dónde lo habría metido? Lo oía sonar cada vez más fuerte pero no lo encontraba, la angustia comenzaba a notarse en su pecho, si no había colgado ya debía ser algo importante, su cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas, en un par de segundos se imaginó todo lo que la podrían contar en esa llamada, todo menos lo que realmente era...
Por fín, allí estaba, presionó la tecla verde deseando que la persona que la esperaba al otro lado de la llamada no se le ocurriese presionar la tecla roja de su teléfono.
               -¿Sí?¿Quién es?
Nadie contestaba... La llamada se había cortado. De pronto el teléfono fijo comenzó a sonar,  las lágrimas asomaban por sus ojos amenazando con caer al vacio, la angustia de no saber que pasaba podía con ella.
              -Sí?¿Quién es? No puede ser...
Esta vez si que habían contestado, preferia no haberlo sabido, hacía nueve meses que estaban en la distancia y ahora él... Ahora no volvería a ver sus preciosos ojos marrones, por una sencilla y dolorosa razón: se habían apagado para siempre.
Se metió en la cama cerró los ojos y soñó con él.