miércoles, 4 de enero de 2012

El amor, un juego de locos

CAPITULO 4

Viernes por la mañana, Aroa se despierta sobre las siete y se pone en marcha, anoche no pudo dormir, demasiado calor, demasiados problemas y demasiados nervios. No tiene hambre, pero tenía que estar guapa para esta noche, baja a la cocina y se empieza a preparar un buen desayuno: huevos, baicon, tortilla, zumo y un vaso de leche, su hermana pequeña, la sorprende en la cocina...
 
   -Hola pequeñaja- su hermana tiene seis años es rubia, de ojos azules, todo lo contrario a si hermana mayor.
   -No soy pequeñaja, pasado mañana cumplo ya siete años, ya soy una niña mayor!

   -Bueno niña mayor, ¿quieres un desayuno de niñas mayores?

   -Si, porfa- dice la pequeña muy contenta y se va dando saltos a despertar a sus padres.

Son las siete de la mañana Nerea se despierta, un fuerte ruido en la planta de abajo la hace sobresaltarse, baja corriendo, es su madre, se le ha caído una cacerola, no ha pasado nada, necesita relajarse, sus amigas llegarán en tres horas y toda la casa ha de estar limpia y recogida. Nerea le pide ayuda a su madre la cual accede encantada de tener algo que hacer, comida para cuatro.

A la misma hora en una calle solitaria, pero bonita, Paula se levanta, el tono del móvil de su hermana mayor la despierta, su hermana tiene tres años mas que ella, dieciocho, es alta y con los ojos verdes, muy verdes, hay que reconocerlo, es guapa...

Ana no ha podido dormir nada, si quiere estar bien en Pacha ha de tomarse un par de CocaColas, no para de darle vueltas a la cabeza ¿que hará para ayudar a su madre?  Nada... En estos casos solo se puede esperar y dar mucho amor a la persona enferma, pero esperando se siente una inútil, se siente impotente... Tiene que decirles lo que pasa a sus amigas, a estas alturas de la película ya sospecharian que la pasa algo.
Ana se dirige hacía la habitación de sus padres, en verano hace mucho calor, abre la puerta lentamente y se mete en la cama entre sus padres, los cuales se despiertan.

Ese mismo día cinco minutos antes de las once de la mañana, Nerea esta en su casa, espera nerviosa a que sus tres amigas lleguen, suena el timbre, Aroa, como siempre es la primera en llegar, Nerea baja corriendo ha abrir la puerta...

   -Hola Aroa! Sabía que serias tú, siempre eres la primera, la más puntual- dice Nerea.

   -Me gusta ser puntual- dice Aroa mientras se dirige al cuarto de su amiga- ¿Cuánto crees que tardarán en llegar Ana y Paula?

Justo en ese momento suena la puerta, ya llega Paula.
En ese mismo instante  Ana se despierta sobresaltada, ¡Mierda! se ha dormido y sus padres no la han despertado, a toda prisa se visto con lo primero que pilla en el armario,  se dirige  hacia la cocina, desayuna deprisa coge el vestido y los pastelitos del postre y se despide de sus padre.
Ana camina deprisa, el viento fresco de la mañana contrastado con el calorcito del sol del verano la hace sentir bien, la recuerda que las vacaciones han llegados y que ahora tiene todo el tiempo del mundo para ella, para disfrutar, para divertirse...


NOTA: los otros tres capítulos anteriores están en entradas mas antiguas, Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario