martes, 5 de agosto de 2014

Se cierra una etapa...

Aún recuerdo como hace ocho años comenzó mi primer campamento... Un campamento divertido y lleno de emociones del cual no pude disfrutar al cien por cien debido a mi corta edad y que era la primera vez que me separaba de mis padres yo no paraba de llorar...
Al año siguiente no se ni como me apunté a otro campamento, diferente, y el primer día llegué asustada, con miedo de que me sucediese otra vez lo mismo y todo fue diferente los monitores y la gente hacían que nunca pensases en las cosas de fuera y te lo pasabas en grande...
Creo que fue ese, fue ese el momento que me hizo engancharme a los campamentos, que me hizo ver realmente lo que es el espíritu campamental, lo que hizo que yo desde entonces no parase de ir todos los veranos y durante todo el curso solo pensaba en que cada día quedaba menos para irme, para volver a sentir eso cuando te despides de tu familia y piensas: "ahora si, empieza lo bueno", para sentir esa especie de sensación extraña de alegría mezclada con tristeza cuando llega el último día y miras hacía atrás y piensas en el primer día en como toda esa gente a la que no conocias de nada han terminado siendo tus mejores amigos, para sentir eso que se siente cuando puedes ser tu misma, cuando nadie te juzga por estar loca y por hacer mil tonterias porque todos son iguales que tú...
Y ahora todo se ha terminado, me he tirado todo el año pensando: "cada día queda menos para mi último año, voy a disfrutarlo al máximo, va a ser el mejor de mi vida", no me equivocaba, lo ha sido, he disfrutado como una niña pequeña, he hecho amistades que no se si serán para toda la vida pero si que voy a conservar durante mucho tiempo, he terminado mi etapa como acampada sin parar ni un segundo de reir, bailar y soñar, ha habido momentos duros pero, ¿quién se acuerda de ellos cuando los buenos han sido perfectos?
Ahora me doy cuenta de lo mucho que voy a echar de menos esos odiosos bailes nada más levantarse o que te levanten con un grito al entrar en la cabaña a las nueve de la mañana, lo mucho que voy a echar de menos esas peleas porque no me gustaba la comida, esos bailes tras la merienda, esas sonrisas de todos los niños desde la primera velada hasta el momento en el que tus padres te dicen "nos vamos ya a casa despidete de tus amigos".
Vas creciendo y piensas que aún quedarán muchos campamentos más y aún vivirás muchos momentos iguales y de repente el tiempo no ha pasado rápido no, ha volado, y se ha terminado todo...
Cierro una etapa sí, pero la cierro con la cabeza bien alta y con una sonrisa enorme en mi rostro, gracias a todos los monitores que han pasado por mi, a todos los chavales que he ido conociendo durante ocho años, a toda la gente que ha hecho estas cosas posibles y sobre todo gracias a mis padres por dejarme vivir todo esto cada año porque sin ellos esto no sería nada.
Cada año entro como una enana al campamento y salgo hecha toda una mujer, gracias.
Se acaba esta etapa pero espero que comience otra muy bonita...






martes, 22 de enero de 2013

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En defensa de una educación pública y de calidad.

Nos mean y la prensa dice que llueve.

 

Igual esta entrada os sorprende porque no tiene mucho que ver con la dinámica del blog, pero aprovechando la oportunidad que se me da dejandome publicar lo que yo quiera sin ningún tipo de censura, por el momento, allá voy a denunciar lo que quiero.
Hace poco una persona que leyó lo que yo había escrito en este dijo: lo habrá copiado, eso me hizo saltar, algo en mi salió y unas enormes ganas de decir lo que pensaba se apoderaron de mi, pero por no herir a nadie me callé, ya no callo más.
No culpo a la persona que me dijo que si lo había copiado porque dicha no tiene la culpa de pensar así, si algo la ha hecho pensar así ha sido la caja tonta y esta sociedad...
Estoy harta, las personas solo se mueven por lo que dicha caja les dice, si en la televisión dicen que se acaba el mundo, que todos tenemos que suicidarnos, la gente lo hace y cuando a alguien le preguntes el por qué no sabrá decirtelo, pues no es más que un titere controlado por el estado y por aquellos ricachones que deciden lo que ha de ser esta sociedad.
Hay gente que cuando les preguntas que porque ven tanto la tele se atreven a decirte que para informarse, ¿informarse? actualmente cualquier medio de comunicación, valorandolos por separado, no hace mas que desinformar, porque todos son afines a una ideología política y si algo no va con su partido o con sus ideas no lo publican.
Analicemos esto a fondo, encended la televisión a la hora de los telediarios, poned televisión española, es del estado, el estado decide que quiere publicar y que no, antena 3, telecinco, telemadrid, la sexta, cuatro, todos son afines a un partido político o a unas ideologías, la misma noticia en diferentes medios cambia, todo cambia, todo menos el futbol, los deportes.
Porque quieren hacer de nosotros una sociedad unicamente preocupada por si el Real Madrid gana la liga o si el Futbol Club Barcelona gana la copa del rey, quieren hacer de nosotros unos ignorantes y así lo están consiguiendo.
Muchas veces me paro a pensar en como influyen todas estas cosas sobre nosotros mismos y me imagino un gran escenario de un teatro, al aire libre, dentro nosotros, el mundo, fuera los estados, los ricos, la gente que lo controla todo y nos mueve a cada uno donde tenemos que estar, si alguien se sale del papel que le han asignado, se le tacha de revolucionario, de antisistema. ¿Esa es la sociedad en la que queremos vivir? Una sociedad en la que la persona que destaca, que pinta bien, que escribe bien, que hace buenas fotografías, al no ser que tenga dinero, se le menosprecia, se piensa que lo habrá copiado, calcado o que las fotografias no son suyas. Una sociedad donde el "que dirán", el miedo, el futbol, lo mueve todo. Donde nadie se atreve a decir lo que piensa porque no le tachen. Donde la información por los medios que tendrían que llegarnos no llega, donde la única forma de informarse de verdad es mediante ciertas redes sociales y mediante la calle, que es donde nos contarán las cosas de verdad. Una sociedad que nadie cambia por miedo a que le tachen y poco a poco todos los cambios que nuestros antepasados consiguieron se irán al traste y volveremos de nuevo a una sociedad machista y controlada por la censura.
¿Queremos realmente eso? Reflexionad sobre ello, da igual del partido político del que seas, las ideologías que tengas, estamos hablando de nuestro futuro y en eso no hay distinciones, todos unidos se pueden cambiar cosas que jamás pensaríamos que se podrían cambiar.

domingo, 20 de enero de 2013

14 de Abril de 1815, Madrid.


El ambiente estaba frio, el cielo gris y como de costumbre se veía por la ventana de la casa, la única que esta poseía, una fina hilera de humo negro proveniente de la fábrica, en la calle no se veía ni un alma,  de vez en cuando salían los trabajadores o entraban, depende del momento del día, acalorados por su trabajo o con unas prisas horribles.
Me llamo Lilly, no es un nombre común para una niña madrileña y de familia obrera pero la familia de mi padre es francesa y no pudieron resistir a ponerme este horrible nombre.
Tengo siete años y aunque ya estoy en edad de trabajar, mi padre prefiere que hasta que no cumpla los ocho no empiece a ello. Así que me paso los días mirando por esta ventana hasta ver sali a mi padre y mis cuatro hermanos de aquella horrible y negra fábrica a la hora de comer y de cenar.
Los días comienzan a las seis de la máñana cuando mi madre ya muy atareada camina por el pequeño piso de tan solo tres estancias, baño, cocina y una habitación, buscando todo lo necesario para partir con un beso y un "hasta luego" hacia el mercado.
En ese momento llega mi tarea, levantarme y prepararles a los cinco hombres de la casa el desayuno, que no era más que una taza de  agua caliente y un mendrugo de pan.
A las seis y media entran todos los trabajadores y es un hecho extraño de ver, a las seis y veinte comienzan a llegar los trabajadores junto a la verja que se agrupaban según amistades, ideologías o puestos de trabajo, a las seis y media, en puntísimo, abrían la verja y todos, agolpados entraban y dejaban la calle desierta, lo que aún no alcanzo a entender es porque sobre las once siempre llegan unos enormes carruajes negros y de ellos salen hombre vestidos con una larga chaqueta negra, un sombrero de copa, unos pantalones bien planchados y unos zapatos ¿qué clase de ropas son esas para trabajar en una fábrica? Este es el momento que más me gusta, puesto que de vez en cuando aparecen con sus mujeres del brazo y estas llevan un elegante vestido de colores vivos, tan largo que no dejaba ver sus pies y una caperuza del mismo color que este, ¡Cuantas veces me había imaginado a mi misma con esos preciosos trajes!
Me paso los días mirando por la ventana puesto que dentro no hay mucho que ver, las paredes están negras por el humo de la fábrica y en la habitación hay una gran cama de paja y una mesa con siete sillas que mi padre había hecho años atrás.
No poseemos nada de valor, pues lo poco que ganan mi padre y mis hermanos es justo (y muchas veces escaso) para vivir.
Mi madre suele llegar una hora antes de que los chicos salgan con las manos, normalmente, semivacias y una profunda cara de trsisteza.
Tristeza que yo no comprendo, mi abuelo antes de morir me contó que el dinero no da la felicidad y que lo importante es que somos una familia y nos queremos y con eso nadie podrá luchar.
Por fín llegan los chicos, se quitan los zapatos, se lavan cara y manos y se sientan a la mesa.
          
                   -¡Lilly! La comida está lista, a la mesa.

¿Comida? ¡Desde luego que en estos tiempos a cualquier cosa lo llaman comida!

domingo, 4 de noviembre de 2012

Fin del sueño.


 
 

Aquella llamada la despertó de su profundo sueño, ¿quién osaba despertarla? ¿levantarla de sus dulce sueños? ¡Justo en el momento en el que él aparecía para salvarla! era el sueño perfecto, además... los sueños eran los únicos lugares donde la distancia no importaba, podía tenerle a su lado, todo era tan bonito...
Alarmada bajó de su cama de un salto y corrió a coger el teléfono, ¿dónde estaría aquel trasto del diablo? ¿Dónde lo habría metido? Lo oía sonar cada vez más fuerte pero no lo encontraba, la angustia comenzaba a notarse en su pecho, si no había colgado ya debía ser algo importante, su cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas, en un par de segundos se imaginó todo lo que la podrían contar en esa llamada, todo menos lo que realmente era...
Por fín, allí estaba, presionó la tecla verde deseando que la persona que la esperaba al otro lado de la llamada no se le ocurriese presionar la tecla roja de su teléfono.
               -¿Sí?¿Quién es?
Nadie contestaba... La llamada se había cortado. De pronto el teléfono fijo comenzó a sonar,  las lágrimas asomaban por sus ojos amenazando con caer al vacio, la angustia de no saber que pasaba podía con ella.
              -Sí?¿Quién es? No puede ser...
Esta vez si que habían contestado, preferia no haberlo sabido, hacía nueve meses que estaban en la distancia y ahora él... Ahora no volvería a ver sus preciosos ojos marrones, por una sencilla y dolorosa razón: se habían apagado para siempre.
Se metió en la cama cerró los ojos y soñó con él.

viernes, 31 de agosto de 2012

¿Distancia?

¿Qué mas dará la distancia cuando algo es verdadero? ¿Qué más dará los kilómetros que nos separen? Sean los que sean, 300, 400 o 500, estes lo lejos que estes, ¿qué mas dará si quieres a la persona que te espera trás esos kilómetros?
No lo entiendo, ¿Por qué la gente cuando la dices que estas a distancia con alguien o que tu mejor amiga es de otra ciudad te dice que no saldrá bien? ¿Por qué no? Ellos no tienen ni idea, los sentimientos, la amistad, el amor, no entiende de distancias, no entiende de kilómetros o de carreteras de por medio y yo se que si ponemos todos de nuestra parte no tiene porque salir nada mal, que aquellos que me repiten una y otra vez: "No saldrá bien, Ana, no saldrá bien" son los mismos que desean tener el lazo que yo tengo con muchas de las personas que están lejos de mí, los mismos que por pura envidia intentan hundirme, pero a todos ellos les digo que no lo conseguirán, que yo a trescientos kilómetros he encontrado amistades que ellos jamás encontrarán en su propia ciudad, he encontrado a la persona que me completa y no, me niego a que un puñado de personas se ponga entre nosotros...
No es justo, todas las mañanas me despierto pensando lo mismo, no es justo que estén tan lejos, que mis mejores amigos no puedan estar conmigo, no es justo que cuando necesite uno de sus abrazos o de sus besos no los pueda tener porque la distancia esta de por medio, pero también se que en un mes o menos volveré a verlos y volveré a abrazarlos y a sentir de nuevo lo mismo, a sacar esa sonrisa que solo ellos saben sacarme, a poner esa mirada de tonta que solo pongo cuando te veo, solo tengo que ser positiva, pensar que si una amistad es verdadera, no se termina nunca y algún día, sea cuando sea volveré a verlos a todos, lo sé. Piénsalo, por mucha distancia que nos separe, el corazón no cambia de opinión. Te quiero y un puñado de kilómetros no me harán quererte menos.

domingo, 26 de agosto de 2012

MORILLO DE TOU.

A veces a las mejores personas te las encuentras donde menos te las esperas, a veces te das cuenta de que es injusto que la distancia exista, que tener a tus amigos lejos de ti no es justo, ni mucho menos, pero eso hace darte cuenta de cuales son las verdaderas amistades, que una persona que esta todo un año sin verte, a kilometros de ti, pero te ayuda mucho mas que alguien que esta a centimetros y es mucho mas importante para ti, es la que de verdad merece la pena... Esas personas que despues de un año entero sin verte, al verte de nuevo, salen corriendo y chillando a darte un abrazo, esas son las que de verdad me llegan. Que no se ni como ni cuando se han formado esos lazos de amistad que tengo con ellos, lo que si se es que durante todo el año hago todo lo que hago por volver a tener la oportunidad de verlos de nuevo.
De volver a ver de nuevo el cartel de: "camping a menos de un kilometro" y que la sonrisa, inevitablemente, salga sola, una sonrisa enorme, una sonrisa especial, por volver a entrar al pueblo y pensar: donde estaran todos? tengo ganas de verlos, por volver a ver esas sonrisas que tanto me gustan..
Y cuando llega el último día, los últimos minutos de mi estancia allí, cuando se reunen todos para despedirte y empiezas uno a uno a darles abrazos y besos es cuando te das cuenta de que personas como ellos hay pocas, que no vas a encontrar nunca un grupo así y te sientes la persona mas afortunada del mundo por haber podido aprovechar tantos años junto a ellos, porque ellos son de esa clase de personas de las que te sientes orgullosa de haber conocido, son de esos que da gusto estar con ellos..
No se si este habrá sido mi último año alli o no, por eso quiero dar las gracias a todos los que han formado parte de los últimos nueve veranos, los mejores de mi vida, sin duda alguna.
Hasta pronto gente.