jueves, 28 de abril de 2011

El adios

Llega allí, el ascensor esta en el último piso, no puede esperarlo, vendría algún vecina y la vería llorando, sube las escaleras, sollozando, por sus ojos corre un mar de lágrimas, que por la pena caen sobre sus rosada mejillas. Llega a casa abre la puerta y sin decir nada se mete en su cuarto, se tira en la cama, ¿cómo puede ser así? Ella no se lo merece, ¿qué tiene ella que no tengas tú? Coge su osito, su fiel compañero, el no le dejará jamás.
Se levanta, comienza a llover, mira por la ventana, se inclina sobre ella, está fría muy fría, pero eso ya no la importa, está sola, nadie la escucha, no está el, nada la importa...

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