lunes, 25 de abril de 2011
El desamor
Llaman a la puerta, es él, otra vez, el desamor, no es la primera vez que llama a la vieja puerta marrón oscuro, siempre que no están mis padres lo hace, pero nunca le he abierto, esta vez sí, es diferente, no quiero que vuelva y he de dejarselo claro. Abro la puerta y ahí está él con sus ojos penetrantes clavados en los mios, por un momento pienso en dejarle pasar, pero mi fuerza de voluntad es mayor que la suya y cierro la puerta en sus narices y le grito que no vuelva, que desaparezca, que me deje en paz, que le odio y que ahora soy feliz...
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